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Historia de la infancia

Las niñas. Doblemente invisibles y víctimas


En distintos apartados (abusos sexuales, infanticidio, bodas de menores, etc.) nos hemos referido al hecho de que las niñas suelen ser las principales víctimas de algunas violaciones graves de los derechos de la infancia. Y de los olvidos o marginaciones, como en el caso de la educación, la alimentación o la atención sanitaria. Y es que la historia de las niñas, como la historia de las mujeres, es doblemente opaca, invisible, marginal, violentada.

Los motivos de marginación son acumulativos. Se puede ser humano y menor. Menor y niña. Niña y pobre. Pobre y étnicamente distinta. De otra etnia y esclava. Esclava y enferma o deficiente. A lo largo de la historia, cuantos más adjetivos de los anteriores se han acumulado, más difícil ha sido, no ya una vida digna (normalmente impensable), sino la mera supervivencia: evitar sencillamente el asesinato, el infanticidio.

El desprecio histórico hacia las mujeres, amparado en códigos y legislaciones misóginas, arcaicas y tremendamente injustas, justificadas por pensadores, pedagogos y líderes religiosos, hacía que la precariedad propia de la vida infantil en aquellas sociedades, en el caso de las niñas, fuera todavía más acentuada. Por ejemplo, ¿qué confianza y seguridad podía tener una niña en momentos históricos en los que se proclamaban barbaridades sobre las mujeres como las siguientes?

"Mujer, deberías ir vestida siempre de luto y andrajos, presentándote como una penitente anegada en lágrimas, para redimir así tu pecado de haber perdido al género humano. Tú eres la puerta del infierno, tú fuiste la que rompió los sellos del árbol vedado: tú la primera que violaste la ley divina, tú la que corrompiste a aquél a quien el diablo no se atrevía a atacar de frente; tú, finalmente, fuiste la causa de que Jesucristo muriera."
Tertuliano (150-230)

"Toda mujer debería sentirse avergonzada al pensar que es una mujer."
San Clemente de Alejandría (S II d.C)

"La mujer es un macho incompleto."
S. Tomás de Aquino (1225-1274)

"Si ves a una mujer, piensa que es el Diablo, una especie de infierno."
Pío II (Papa de 1458 a 1464)

Estas citas correspondan a la tradición cristiana, pero en todas las tradiciones y culturas la valoración de las mujeres y las niñas era similar. Por ejemplo, mucho antes, en China, Confucio (551-479 aC) ya decía:
"Tal es la estupidez del carácter de la mujer que en todas las cuestiones le incumbe desconfiar de sí misma y obedecer al marido."
Incluso grandes defensores de los derechos de la infancia y atentos observadores de sus necesidades, al referirse a las niñas no han sabido librarse de la losa histórica discriminatoria que pesaba sobre ellas. Como por ejemplo Rousseau (y no es un caso aislado, al contrario), cuando en su obra "Emilio" (1762) nos decía:
"Por esta razón, la educación de las mujeres siempre debe ser relativa a los hombres. Agradarnos, sernos de utilidad, hacernos amarlas y estimarlas, educarnos cuando somos jóvenes y cuidarnos de adultos, aconsejarnos, consolarnos, hacer nuestras vidas fáciles y agradables: éstas son las obligaciones de las mujeres durante todo el tiempo y lo que debe enseñárseles en su infancia."
En la actualidad, a pesar de los innegables avances realizados (sobre todo desde el siglo XX), de las medidas nacionales e internacionales adoptadas para proteger la infancia, la discriminación y la violencia que han sufrido las niñas a lo largo de los siglos sigue persistiendo.
"En la mayor parte del mundo, las mujeres y las niñas sufren discriminación. Tienen menos derechos sociales, económicos y jurídicos que los hombres. Las desigualdades abundan: en algunos países, un hombre puede violar impunemente a una mujer, a condición de que después contraiga matrimonio con ella. Puede ser eximido de castigo por golpear o matar a su esposa si la sorprende en flagrante adulterio. Los sistemas jurídicos están imbuidos de normas sociales que refuerzan la desigualdad de género, fomentan que se desconfíe de las mujeres y privan a muchas mujeres de la posibilidad de recurrir a la justicia.
(...)
"Las acciones para proscribir prácticas discriminatorias como el matrimonio en la infancia, los asesinatos "para preservar la honra", los ataques para desfigurar con ácido y las prácticas para "heredar" o "purificar" a las viudas, entre otras, tienen pocas probabilidades de éxito, a menos que vayan acompañadas de medidas eficaces para promover normas equitativas que respeten los derechos de las niñas y las mujeres. Por ejemplo, algunos países de África al sur del Sahara y de Asia han proscrito la mutilación o corte genital femenino, la selección prenatal en función del sexo y el matrimonio en la infancia, pero tropiezan con dificultades para obligar a que se acaten dichas prohibiciones. En la medida en que las hijas sigan siendo objeto de discriminación y devaluación, especialmente en el contexto de las limitadas opciones de que disponen las familias pobres, la mera prohibición del matrimonio en la infancia no logrará su propósito. De manera similar, tal vez sea difícil eliminar la mutilación o corte genital femenino cuando está estrechamente vinculado con las posibilidades de una mujer de contraer matrimonio y adquirir una identidad social. Esa práctica suele ser alentada por los parientes y marca el ingreso de la niña a una posición de mayor reconocimiento por la comunidad y mejor condición social."
UNFPA, Fondo de la Población de Naciones Unidas. Estado de la población mundial, 2005
Información relacionada:
Los derechos de las mujeres a lo largo de los siglos. Recopilación de citas

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