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Filosofía y cine (Diego Reina)
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El señor de las moscas (Harry Hook, 1990)
"Los hombres son buenos por naturaleza, es la sociedad la que los hace malos." (J.-J. Rousseau)

 Ejercicios para el análisis de la película

  1. Haz una síntesis extensa de la película, destacando especialmente las relaciones entre los personajes de Jack y Ralph y la transformación de los chavales.
  2. ¿Qué normas se han impuesto? ¿Cuánto las respetan: poco, mucho o nada? ¿Por qué? ¿Cuáles son las consecuencias? ¿Cuáles han sido los motivos para imponerlas? [En el primer fragmento encuentras alguna referencia a ello]
  3. Los chavales vienen de una academia militar, están acostumbrados a una disciplina rígida, p. ej.: los pequeños tratan de ‘señor’ a los mayores. ¿Qué te pareció al principio? ¿Te parece que les va peor después por ello o al contrario
  4. ¿Cuáles son las vivencias de la isla por los diversos personajes: cómo lo pasan, qué hacen, qué quieren hacer, cómo les va?
  5. Haz un análisis del personaje de Porky: ¿cómo es, qué hace, cómo le va, cómo le tratan los demás, cómo te cae durante la película, desde su primera aparición, qué te parece su final?
  6. ¿Qué equipo te parecía más atractivo, hacia mitad de la película? ¿Por qué? ¿Cambiaste de opinión después? ¿Por qué?
  7. En una escena, unos chavales se entretienen torturando a algunos pequeños, enterrados en la arena hasta el cuello. ¿Conoces casos como esos entre nosostros? ¿Qué son las novatadas? ¿Qué te parecen? ¿Crees que tienen algo que ver con eso? ¿Crees que existe un «placer de la crueldad»?
  8. Analiza el fragmento 2. a propósito de esto.
  9. ¿Por qué se pintan? ¿Qué efecto puede producir esa pintura sobre los chavales? (Es posible imaginarse algo parecido: cuando nos disfrazamos, por ejemplo, por Halloween).
  10. ¿Creéis que la caza sirve sólo para obtener carne? ¿Por qué estarían tan obsesionados? ¿Tiene algo que ver con lo que habéis pensado en las preguntas anteriores?
  11. ¿Cómo describirías el grupo de Jack? ¿Te recuerda algún otro grupo que conozcas? ¿Cómo te parece que viven los miembros del grupo?
  12. ¿Te recordó algo la danza en torno al fuego de la tribu en la fiesta en que matan a Simon?
  13. Analiza con precisión lo que lleva a Jack a clavar la cabeza del cerdo en el suelo, «como ofrenda...», dice.
  14. ¿Has localizado algún fenómeno que tenga que ver con la religión? ¿Cuál? ¿Podrías sacar de esta película alguna conclusión acerca de un origen posible de las creencias religiosas?
  15. Analiza con detalle las escenas que culminan con el tercer fragmento. ¿Adónde han llegado los salvajes? ¿Por qué pasa lo que pasa?
  16. Contesta tú la pregunta: «¿Qué es mejor, tener reglas y estar todos de acuerdo o cazar y matar?»
  17. En la película, un momento antes, Porky se lamenta de que «hemos hecho las cosas como las hubieran hecho los adultos. ¿Por qué no ha dado resultado?» Bien, ¿por qué?
  18. ¿Conoces alguna situación parecida entre nosotros? ¿Crees que esos chavales son como nosotros, o lo que hacen se explica por alguna otra razón?
  19. ¿Creéis que algo así le podría haber pasado a vuestro grupo, de estar en esas condiciones?
  20. ¿Qué te parece la frase de J.-J. Rousseau que tienes al comienzo y que menciona Porky en la película?



William Golding El señor de las moscas, fragmentos

1
1. —Tiene que formarse un grupo especial que cuide del fuego. Cualquier día puede llegar un barco —dirigió la mano hacia la tensa cuerda del horizonte—, y si tenemos puesta una señal vendrán y nos sacarán de aquí. Y otra cosa. Necesitamos más reglas. Donde esté la caracola, hay una reunión. Igual aquí que abajo. [están en la colina]

Dieron todos su asentimiento. Porky abrió la boca para hablar, se fijó en los ojos de Jack y volvió a cerrarla. Jack tendió los brazos hacia la caracola y se puso en pie, sosteniendo con cuidado el delicado objeto en sus manos llenas de hollín.

—Estoy de acuerdo con Ralph. Necesitamos más reglas y hay que obedecerlas. Después de todo, no somos salvajes. Somos ingleses, y los ingleses somos siempre los mejores en todo. Así que tenemos que hacer lo que es debido.

Se volvió a Ralph.

—Ralph, voy a dividir el coro... mis cazadores, quiero decir, en grupos, y nos ocuparemos de mantener vivo el fuego...

Tal generosidad produjo una rociada de aplausos entre los muchachos que obligó a Jack a sonreírles y luego a agitar la caracola para demandar silencio.

2
Roger se inclinó, cogió una piedra, apuntó y la tiró a Henry, con decidida intención de errar. La piedra, recuerdo de un tiempo inverosímil, botó a unos cuatro metros a la derecha de Henry y cayó en el agua. Roger reunió un puñado de piedras y empezó a arrojarlas. Pero respetó un espacio, alrededor de Heriry, de unos cinco metros de diámetro. Dentro de aquel círculo, de manera invisible pero con firme fuerza, regía el tabú de su antigua existencia. Alrededor del niño en cuclillas aleteaba la protección de los padres y el colegio, de la policía y la ley. El brazo de Roger estaba condicionado por una civilización que no sabía nada de él y estaba en ruinas.

3
Estaba de pie, en medio del polvo desencadenado por la lucha, y cuando la tribu advirtió su intención los vítores se transformaron en un prolongado abucheo. Porky alzó la caracola; el abucheo cedió un poco para surgir después con más fuerza.

—¡Tengo la caracola!

Volvió a gritar:

—¡Os digo que tengo la caracola!

Sorprendentemente, se hizo el silencio esta vez; la tribu sentía curiosidad por oír las divertidas cosas que diría. Silencio y pausa; pero en el silencio, un extraño ruido, como de aire silbante, se produjo cerca de la cabeza de Ralph. Le prestó atención a medias, pero volvió a oírse. Era un ligero «zup». Alguien arrojaba piedras; era Roger, que aún tenía una mano sobre la palanca. A sus pies, Ralph no era más que un montón de pelos y Porky un saco de grasa.

—Esto es lo que quiero deciros, que os estáis comportando como una pandilla de críos.

Volvieron a abuchearle y a guardar silencio cuando Porky alzó la blanca y mágica caracola.

—¿Qué es mejor, ser una panda de negros pintarrajeados como vosotros o tener sentido común como Ralph?

Se alzó un gran clamor entre los salvajes. De nuevo gritó Porky:

—¿Qué es mejor, tener reglas y estar todos de acuerdo o cazar y matar?

De nuevo el clamor y de nuevo: «¡Zup!».

Ralph trató de hacerse oír entre el alboroto.

—¿Qué es mejor, la ley y el rescate o cazar y destrozarlo todo?

Ahora también Jack gritaba y ya no se podían oír las palabras de Ralph. Jack había retrocedido hasta reunirse con la tribu y constituían una masa compacta, amenazadora, con sus lanzas erizadas. Empezaba a atraerles la idea de atacar; se prepararon, decididos a llevarlo a cabo y despejar así el istmo. Ralph se encontraba frente a ellos, ligeramente desviado a un lado y con la lanza preparada. Junto a él estaba Porky, siempre en sus manos el talismán, la frágil y refulgente belleza de la caracola. La tormenta de ruido les alcanzó como un conjuro de odio. Roger, en lo alto, apoyó todo su peso sobre la palanca, con delirante abandono.

La roca dio de pleno sobre el cuerpo de Porky, desde el mentón a las rodillas; la caracola estalló en un millar de blancos fragmentos y dejó de existir. Porky, sin una palabra, sin tiempo ni para un lamento, saltó por los aires, al costado de la roca, girando al mismo tiempo. La roca botó dos veces y se perdió en la selva. Porky cayo a más de doce metros de distancia y quedó tendido boca arriba sobre la cuadrada losa roja que emergía del mar.