AI Catalunya
Grup d'educació
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Educar en los derechos humanos
José Tuvilla Rayo. Editorial CCS. Madrid, 1998 (p. 105)
Actividad relacionada de Amnistía Internacional:

La videoconsola de Jordi y el plato de mijo de Salima  (español)
La videoconsola d’en Jordi i el plat de mill de la Salima (català)
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 "La canasta de frutas", de Tagore
Objetivo: Sensibilizar a los niños en el problema del hambre y concienciarles de que ellos pueden ayudar a resolver problemas de alimentación. Hacer comprender que tenemos visiones miopes del problema, y en la medida de sus capacidades, permitirles conocer que un equitativo reparto de riquezas puede salvar vidas humanas.
Tiempo: Estimado por el profesor.
Destinatarios: Desde los 8 años.
Material: Texto de Tagore fotocopiado y distribuido a cada niño. Papel y lápiz. Fichas de cartulina con «prejuicios». Texto de Pierre Gascar.

Desarrollo:


En grupos de 6 niños leerán atentamente el texto de Tagore, cada uno individualmente subrayará en el texto lo que más le llame la atención. En grupo, designado un portavoz, escribirán las palabras subrayadas. Buscarán en el diccionario aquellas que desconozcan. Y escribirán posteriormente las medidas que ellos pondrían para que los niños no pasaran hambre.
En grupo clase leerán todas las alternativas positivas y se comentarán las negativas. Posteriormente se entregará a cada grupo las tarjetas con prejuicios. Cada grupo leerá detenidamente cada tarjeta. Anotarán si están o no de acuerdo y las razones que tienen para ello. Después leerán el texto de Pierre Gascar. Y revisarán las anotaciones sobre las tarjetas de prejuicios.

Reflexión: 


En gran grupo debatirán sobre los resultados de los trabajos y reflexiones del desarrollo de la dinámica. El profesor puede invitar a personas o grupos que trabajan en favor de los humildes. O solicitar material informativo a organizaciones no gubernamentales para el desarrollo e interesarse en la forma de ayudarles y conocer los proyectos de ayuda que realizan.

Actividades de profundización


- Comparar la situación de los pobres del mundo de mediados del siglo XX con los de hoy.
- Localizar en un mapa Peters las zonas reseñadas en el texto.
- Los alumnos deberán comparar su dieta alimentaria con la de otras zonas de la Tierra.
- Los alumnos pueden hacer dibujos de los alimentos que comen para el desayuno y descubrir cómo se producen y distribuyen.
- Los alumnos pueden investigar lo que sucede cuando hay excedente de alimentos en su casa. (¿Se conservan los alimentos que sobran, se comparten, se venden, se desperdician?)
 
 Textos
La canasta de frutas, Tagore
"¿Quién de nosotros se encargará de alimentar a los hambrientos?", preguntó el Señor Buda a sus discípulos, cuando el hambre hacía estragos en Shravasti.
Ratnakar, el banquero, bajó la cabeza diciendo: "Será necesario mucho más que mi fortuna para alimentar a aquellos que tienen hambre."
Jaysen, el jefe del ejército del rey, dijo: "Daré gozoso la sangre de mi vida, pero no hay suficiente alimento en mi casa."
Dharmapal, que poseía grandes praderas, suspiró: "El dios de los vientos ha sacudido mis tierras y no sé ni cómo pagar mis impuestos al Rey."
Entonces, Supriya, la hija del mendigo se levanta.
Se inclinó ante todos y humildemente dijo: "Yo alimentaré a esos miserables."
"¿Cómo?" gritaron todos con gran sorpresa. "¿Cómo esperas cumplir tu deseo?"
Supriya respondió: "Soy la más pobre entre vosotros y ésa es mi fuerza. Mi tesoro y mi abundancia los encontraré en cada una de vuestras puertas."

Texto de Pierre Gascar
Vuelvo a ver a esa familia de Madrás, exactamente igual a decenas de millones de otras, que viven cada día con sólo una ración de arroz (algo más de un kilo). El salario cotidiano del padre, un jornalero, lo invierte casi todo en la ración, que cuesta aproximadamente una rupia. El arroz constituye las tres comidas del día para cuatro miembros de la familia. El arroz frío en la mañana (el carbón cuesta caro), el arroz recién cocido al mediodía y recalentado en la noche, entonces acompañado de una salsa de pimienta que los comerciantes al aire libre venden, por unas monedas. Y así todos los días.
Es fácil imaginar el gusto que tiene la vida. Por suerte, hay pimienta. La pimienta de uno a otro confín del mundo, de México a Manchuria, haciendo el gran viaje. Se satisface lo insaciable con una quemadura.
Pero los niños no podrán aprovechar las vitaminas, tan necesarias para ellos, que contiene la pimienta, y sus organismos carecerán de sustancias indispensables para su salud, como las que contiene la leche. En la mayoría de los países de Asia y Africa el ganado también quedó subdesarrollado y la leche es sumamente rara. En la India, un litro de leche cuesta media rupia, un cuarto del salario diario de ese empleado del ferrocarril con turbante azul que conocí en Rajkot. Había perdido seis hijos de tierna edad de los diez que había tenido. Un nuevo niño acababa de nacerle.