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 Educación y derechos humanos
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¿Cómo enseñar al niño a defender sus derechos?
María Paz Bémúdez
. Déficit de autoestima; evaluación, tratamiento y prevención en la infancia y la adolescencia. Ediciones Pirámide. Madrid, 2000 (p. 112 a 117)
Los padres y los profesores pueden ayudar a niños y a adolescentes a que conozcan cuáles son esos derechos humanos que a todos nos corresponden. Conocer y comprender esos derechos es una primera etapa de un proceso de aprendizaje que está en función del nivel intelectual del niño y del desarrollo social. [...] En una segunda etapa el niño aprende a identificar cuándo realmente se han violado sus derechos y en una tercera etapa, aprende a expresar a otra persona de forma adecuada la queja. Esta tercera etapa es muy importante pues aun reconociendo que nuestros derechos han sido violados, si no realiza la queja sobre esa violación de manera adecuada es posible que no consiga sus objetivos debido a la falta de comunicación entre los interlocutores y las consecuencias, por tanto, puedan ser peores.

Para denunciar que nuestros derechos humanos básicos han sido violados y, en general, para expresar sentimientos, necesidades, derechos u opiniones podemos adoptar tres tipos de respuesta diferentes: a) respuesta pasiva o no asertiva, b) respuesta activa o asertiva, c) respuesta agresiva. [...] Nuestro objetivo es enseñar al niño a defender sus derechos de forma asertiva.

¿Cómo practicar la defensa de los derechos humanos?

En la casa:

Los padres durante conversaciones en las que el niño esté atento, por medio de cuentos infantiles o mediante comentarios a anécdotas que el mismo niño relate, deben hacer alusión de forma abierta a esos derechos. Una forma adecuada de hacerlo sería mediante frases relacionadas con ejemplos cotidianos en los que se reconozca o se aplique un derecho legítimo, como:

- "Tienes el derecho de pedirle a Juan su bicicleta, pero él tiene el derecho de no dejártela".
- "Has hecho muy bien en volver a la librería y pedir que te cambiaran el bolígrafo que habías comprado y que no funcionaba por otro en buen estado".
- "No tienes por qué sentirte mal por haberle dicho a Nicolás que hoy no te apetecía acompañarlo al cine, estás en tu derecho".
- "No interrumpas a tu hermano cuando habla, él tiene derecho a decir lo que piensa".

Mientras más ejercicios de este estilo se realicen en casa, más fácil resulta que el niño adquiera y adopte esta forma de análisis ante situaciones conflictivas. Si en el caso anterior el niño defiende sus derechos de forma adecuada y pide lo que desea, se siente bien consigo mismo por expresar lo que quiere en ese momento. Al saber que la otra persona se puede negar a sus peticiones porque está en su derecho, no sufrirá lo mismo si interpreta esa negación como una respuesta válida y probable, que si la interpreta como un intento de sabotaje o antipatía hacia él por parte de Juan. Lo importante es que el niño conozca los derechos y considere que le pertenecen y él, a su vez, debe respetarlos en los demás.
Dado que el hecho de que conozca y comprenda sus derechos no nos garantiza que el niño esté dispuesto a defenderlos ni, aun estando dispuesto a defenderlos, no sabemos si lo hará de forma adecuada, debemos asegurarnos que conoce la forma de responder cuando tenga que defender alguno de sus derechos y no lo haga de manera pasiva ni tampoco de manera agresiva, sino de forma asertiva. Para ello, debemos darle a conocer los tres tipos de respuesta que pueden darse y pedirle al niño que identifique de qué forma suele responder él ante distintas situaciones de la vida real.

Los padres nunca deben olvidar que siempre tienen que reforzar los avances del niño o del adolescente en la práctica de la defensa de los derechos humanos cuando esa defensa se haga de forma adecuada, es decir, de forma asertiva.

[...]

En el colegio:

Los programas de entrenamiento en el aprendizaje y la defensa de los derechos humanos básicos, lejos de resultar difíciles de aplicar en el entorno escolar, como ocurre con otros programas en los que se deben considerar aspectos individuales en su aplicación, se considera el lugar ideal para su aplicación por diversos motivos, entre los que destacamos lo importante que es contar con un grupo de personas para ponerlos en práctica en el que todos tienen la misma edad y hay personas de ambos sexos. Otra ventaja importante es que dadas las diferencias individuales, existen alumnos más habilidosos socialmente que sirven de modelo a los que lo son menos. Por medio de representación de papeles los alumnos muestran situaciones que se pueden presentar en la vida real y aportan soluciones ante las situaciones conflictivas, poniendo en práctica la defensa de los derechos humanos de forma adecuada.