Rosa García, denuncia que fue torturada por pertenecer a una asociación de estudiantes.

“Me detuvieron en la calle a las 11 de la noche… Me llevaron a la Dirección General de Seguridad. Allí me recibió Billy El Niño a bofetadas, puñetazos, golpes… Violar, matar. Era una amenaza bastante común a las mujeres.”

Rosa ha interpuesto una denuncia por tortura contra el antiguo miembro de la policía franquista Antonio González Pacheco, alias Billy el Niño. Y no será la primera en hacerlo. En 2013, la juez argentina María Servini dictó una orden de extradición para interrogar a Billy el Niño por su posible relación con otros casos de torturas. Pero el gobierno español está bloqueando la investigación.

La ilusión de Rosa es que se haga justicia.

Su caso no es único. Muchas personas fueron detenidas injustamente y torturadas durante el franquismo por motivos políticos, entre otras razones. Todavía hoy mantienen viva la ilusión de conseguir justicia.

Esta acción ha finalizado. Hemos sido 327.065 firmantes

El 14 de octubre de 2021 entregamos en el Congreso de los Diputados más de 327.000 firmas, reclamando al Parlamento que garantice el respeto, la protección y la realización del derecho a la verdad, la justicia y la reparación de las víctimas de las graves violaciones de derechos humanos cometidas durante la Guerra Civil y el franquismo.

Ese mismo día comenzó la tramitación de la Ley de Memoria Democrática, superando las enmiendas a la totalidad presentadas por algunos grupos parlamentarios. La ley permitirá avanzar, pero también cuenta con importantes ausencias, como que no se eliminen los obstáculos a la investigación judicial de los crímenes de derecho internacional cometidos en España en el pasado.

Pero hoy nos encontramos un paso más cerca para que haya verdad, justicia y reparación, gracias a la lucha y el trabajo en el que muchas personas se han volcado, destacando a las asociaciones de víctimas y familiares, infatigables contra la impunidad por las graves violaciones a los derechos humanos cometidas en el Estado español.

Cada firma, junto a otras cientos de miles de firmas, hacen como las gotas que caen sobre la piedra, abriendo paso hacia una victoria necesaria para los derechos humanos. Seguiremos, sin duda, pero también ya podemos celebrar cómo nuestra incansable persistencia nos permite proyectar en el horizonte un mundo en el que se haga justicia. Por ello, GRACIAS.