AI Catalunya
Grup d'educació
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La alternativa del juego (2). Juegos y dinámicas de educación para la paz
Seminario de educación para la paz, Asociación pro derechos humanos. Los libros de la Catarata. Madrid, 2002
 Imagina un largo desfile (Juego de resolución de conflictos)
1. DEFINICIÓN
Se trata de interiorizar el cuento e ir viviéndolo a medida que se va leyendo.

2. OBJETIVOS
Reflexionar sobre la injusta distribución de riquezas, las diferencias sociales,...

3. PARTICIPANTES
Grupo, clase,... a partir de I I - 12 años.

5. CONSIGNAS DE PARTIDA
Invitar a los/as participantes a adoptar una postura cómoda, a cerrar los ojos y a imaginar lo que a continuación se relate. Leer lentamente pero con fuerza.

6. DESARROLLO
Narrar el  texto adjunto.

7. EVALUACIÓN
Se puede dar a los/as participantes un gráfico con los datos estadísticos de los países del mundo ordenados en función de su PNB. Se puede reflexionar sobre el tema de la distribución de riquezas, el orden económico internacional, la deuda externa, .... ¿Cómo nos hemos sentido? ¿Todo el mundo debería cobrar lo mismo, independientemente de su trabajo?...

9. FUENTE
Adaptado de Christian Aid / Intermón.
 

 Material
Texto:

Imagina un mundo en el que la talla de cada uno/a es proporcional a sus ingresos. Supongamos que tú ganas algo más que la media en un estado rico; esto te daría una altura de 173 metros.

Hoy es un día especial. Eres el/la comentarista de un gigantesco desfile de la totalidad de los/las habitantes del planeta. El desfile está organizado de forma que todas/os habrán pasado por delante de ti en UNA HORA. El desfile acaba de empezar; todos/as han empezado a moverse. Ahora te toca a ti hacer los comentarios.

Pero, ¿realmente ha comenzado?... sigo sin ver nada... Perdón, sí. Parece increíble miles y miles de seres más pequeños que hormigas, que resbalan por encima de mis pies... No puedo distinguir qué son.

... Llevamos diez minutos de desfile. Ahora al menos puedo ver gente, pero los que desfilan no superan la altura de un cigarrillo... campesinos, indios que van montados en carros tirados por bueyes,... mujeres africanas que transportan niños/as a sus espaldas y algo parecido a dedales llenos de agua sobre sus cabezas. También hay chinos, birmanos, haitianos. De todos los colores y nacionalidades.

... Siguen y siguen apareciendo... ya han pasado veinte minutos... treinta... o sea que ya ha desfilado la mitad de la población del planeta y todavía no ha pasado ninguno cuya talla supere los siete centímetros y medio.
Creía que tendría que esperar bastante rato antes de ver a gente de mi estatura... pero han pasado cuarenta minutos y los más altos me llegan a las rodillas. Veo a soldados de Paraguay y a secretarios de la India, con grandes libros de contabilidad bajo sus brazos, pero enanos todavía.

Ya sólo quedan diez minutos y me empieza a invadir la preocupación; no acabaremos a tiempo. No obstante, ahora las caras son más familiares al menos. Veo a pensionistas de Madrid, a algunos aprendices de ingeniería de Bilbao y, algo después, a empleados de comercio, a tiempo parcial, de Barcelona. Pero no tienen más de un metro de altura.

...Quedan cinco minutos y, por fin, parece llegar la gente de mi talla: maestros de escuela, gerentes de tiendas y comercios, empleados gubernamentales de rango inferior, agentes de seguros. El siguiente grupo parece de mayor enjundia. Muchos norteamericanos y europeos. Superintendentes de fábricas, directores de departamento, quizás. Me parece que pasan del metro y setenta centímetros.

Y ahora, ¿qué diablos pasa? ¡Cada vez son más altos! Aquel contable debe medir al menos cuatro metros y medio. ¡Es sensacional! Terratenientes de Brasil, directores de empresa muy bien vestidos... y una talla de, seguramente, seis a nueve metros.
Ahora puedo ver algunas caras famosas... si:.. se trata del príncipe Carlos. Contando el sombrero que lleva, debe medir unos 36 metros. Y ahora julio Iglesias, un enorme gigante que parece caerse, del tamaño de una torre.

Hemos entrado en el último minuto, en el minuto cincuenta y nueve. Necesito unos prismáticos. Estos jeques árabes del petróleo son realmente sorprendentes. Superan de largo los novecientos metros... Me parece que allá arriba ¡está nevando!
Los últimos segundos. Aquí están todos los millonarios. Parece que alcanzan estaturas de kilómetros y kilómetros. ¡Absolutamente inesperado!
De repente el horizonte parece ensombrecerse... una gran nube negra ocupa mi campo de visión... ¡atención! ¡Dios mío,... se trata del pie de Rockefeller!