Solicitantes de nacionalidad
Se pretende crear un debate
sobre posibles situaciones de personas que quieren conseguir la nacionalidad,
en este caso la española.
Se divide la clase en tres
grupos, cada uno con una corriente de opinión que les habrá
tocado en suerte. Hay además un grupo de cuatro o cinco alumnos
y alumnas que representan a las personas que quieren cambiar de nacionalidad.
Los tres tipos de corrientes
de opinión son:
A. Los que consideran a esas
personas que quieren tener una nueva nacionalidad traidoras a su propio
país.
B. Los que se comprometen
a aceptar a personas “nacionalizadas” como sus iguales, en igualdad de
derechos y condiciones.
C. Los que se oponen tajantemente
a aceptar en su país “extranjeros”.
Se reparten las tarjetas
entre los alumnos y alumnas, de manera que a cada uno de ellos les toque
una de las opciones A, B o C.
Cada uno de los personajes
que quiere cambiar de nacionalidad debe crear una pequeña historia
para su personaje y contestar a las preguntas que le hagan sus compañeros
y compañeras que son quienes deben aceptarle en el país o
no.
Los roles que pueden interpretar
pueden ser:
- Un sudafricano de color
rico quiere cambiar de nacionalidad por motivos meramente económicos.
Aquí paga menos impuestos. Su llegada puede traer riqueza.
- Una mujer refugiada afgana.
En aquel país, las mujeres no tienen derecho a la misma atención
médica que los hombres, ni pueden trabajar, ni tienen acceso a la
educación y deben salir a la calle cubiertas de los pies a la cabeza.
Quiere vivir aquí porque la situación de la mujer es mucho
mejor, trabajará en cualquier cosa y si consigue el dinero suficiente
traerá a sus hijas con ella.
- Un ruso. Tiene unos conocidos
que se han hecho ricos en España de una manera poco ortodoxa y él
quiere probar fortuna.
- Un emigrante marroquí.
En su país sufre penurias económicas y apenas puede alimentar
a su familia. Ha comprado el traslado a un capo de las mafias que trasladan
gente de manera ilegal por 600 euros, le ha detenido la policía
y su única opción para poder alimentar a su familia es conseguir
la nacionalidad y buscar un trabajo digno.
- Un sacerdote colombiano.
En su país trabajaba en una diócesis con los más pobres,
intentando ayudarles, pero los paramilitares le habían amenazado
de muerte.
- Una mujer ruandesa con
sus dos hijos. Han tenido que huir de su país con lo puesto y no
pueden volver porque continúan las matanzas. Quieren empezar una
nueva vida en un lugar más seguro.
- Un viajero. Ha vagado
por todo el mundo y como lleva varios años viviendo aquí
ha decidido que quiere votar y participar en las decisiones que le pueden
afectar.
El profesor o la profesora
irá escribiendo los argumentos que se den en un sentido o en otro
en la pizarra. Al finalizar, deberán llegar a un consenso y sacar
conclusiones sobre si es acertado o no el artículo 15 de la Declaración. |