Amnistia Internacional Catalunya, Grup d'educació
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Cuando se solicita asilo en España
Martha Consuegra. La Vanguardia, 31-3-02 (fragmento)
Desde el momento que pides la cita para exponer el tema, consultar con el abogado y que considere el caso interesante, la entrevista con la oficina de asilo y refugio, la conversación con la policía, esperar el informe de esta institución, la ubicación y la ayuda por parte del departamento de trabajo social de la oficina de asilo y refugio (esta ayuda se da al solicitante siempre y cuando sea aceptada la solicitud ) y la esperada respuesta de la resolución, pasan aproximadamente 17 meses. Más de quinientos días.

Durante el proceso he visto como muchas veces el abogado asignado no mantiene ninguna relación con su "protegido". Los letrados manejan tantos casos que en ocasiones ni se enteran de por dónde va el asunto y cuando se les recuerda ya es demasiado tarde porque los expedientes ya han pasado por la comisión que resuelve. Y superados finalmente estos primeros pasos queda la lotería, porque de los más de 8.000 expedientes presentados en el 2000, por ejemplo, sólo se resolvieron positivamente poco más de 200.

En estas fechas que corren, la cuestión inmigratoria está presente en todos los foros, tertulias y reuniones. La inmigración es centro de preocupación desde las más diversas perspectivas. Las declaraciones de ministros y de personalidades del Gobierno nacional en muchas ocasiones calientan la situación. Suele ocurrir que de tanto dar vueltas a los rasgos que perfilan una realidad cualquiera, ésta suele desdibujarse. Pues bien, cuando procesos como el migratorio son objetos de dicho juego, se convierten en algo socialmente peligroso ya que la cuestión inmigratoria puede ser generadora de actitudes indeseadas de difícil erradicación.

El manejar los datos de lo que algunos llaman "fenómenos" inmigratorios (como si de una desagradable sorpresa se tratara) con objetividad y sobre todo con responsabilidad es una exigencia para el político, para el investigador o para cualquiera que se quiera aproximar al proceso de incorporación humana que en definitiva es la inmigración. Es cierto que el saldo migratorio indica que España se está convirtiendo en un país de inmigración, pero también lo es el que todavía está lejos de las cifras de otros países del entorno. Además, el número de españoles que vive fuera, es decir, aquella parte de la población llamada eufemísticamente "residentes ausentes", es muy superior al de extranjeros que residen en la Península.