Pena de muerte | > Índice de textos sobre la pena de muerte |
Me impresionaron estos dos consejos de guerra mucho más que otros acontecimientos terribles vividos desde julio de 1936. Porque los fusilamientos de republicanos en San Roque me parecieron represalias del momento, pero esto de los consejos de guerra era distinto. ¿Cómo podía condenarse en masa? ¿Cómo era posible aquel simulacro de defensa? Apenas he de decir que, aunque enfriado mi fervor patriótico, no sentía la menor simpatía por la causa republicana (no tenía por qué sentirla), de la cual me llegaban informaciones espantosas a través del ABC de Sevilla, de las radios nacionales, de los folletos de propaganda antirrepublicana, de las referencias de las charlas de Queipo, todo ello coherente con mi propia experiencia de las cuatro horas del 27 de julio de 1936. Pero esos dos consejos de guerra, al ver desfilar, tan cerca de mí que los podía haber tocado, a aquellos hombres que horas después estarían muertos, me produjeron una intensa emoción. Me inspiraban lástima, ellos y sus mujeres, que quedaban llorando en el salón y luego, cogidas del brazo, bajaban despacio la escalera y salían.