Los culpables de adulterio, tanto hombres como mujeres, serán lapidados, "pero nosotros utilizaremos piedras más pequeñas", afirmó el juez Zarif. De ese modo, explicó, los condenados tendrán una oportunidad de salvarse. "Si son capaces de huir, son libres." Los talibán, dijo el juez, lanzaban piedras grandes con tal fuerza que los condenados no tenían ninguna oportunidad de sobrevivir. De todos modos, el mantenimiento de la vida no será concedido más que a aquellos que confiesen su crimen.

"Aquellos que se nieguen a confesar sus faltas y sean condenados tendrán los pies y las manos atados para que no puedan huir. Se enfrentarán a una muerte segura", aseguró el juez Zarif, miembro del Alto Tribunal de Kabul.

Una lapidación puede durar entre tres y cuatro horas. "Comienza con el juez, que lanza la primera piedra. Le siguen los otros miembros del tribunal y, finalmente, el público asistente", explicó.

Las condenas por adulterio sólo podrán ser dictadas si la pareja es pillada en flagrante delito de "relación sexual ilegal" al menos por cuatro testigos, conforme a la jurisprudencia islámica. "Si sólo hay tres testigos, el juez dejará en libertad al presunto culpable", prometió Ullah Zarif. Los solteros que sean declarados culpables de relación sexual serán flagelados, añadió.

El estadio de Kabul, que los talibán utilizaban para llevar a cabo ejecuciones y amputaciones, ya no servirá para ese menester. "El estadio está reservado al deporte. Ya encontraremos otro lugar para las ejecuciones públicas", afirmó el juez.

A diferencia de la práctica usual durante el régimen talibán, en el que los detenidos eran conducidos ante los jueces y condenados a muerte, la nueva Administración que entrará en funciones este sábado garantizará las investigaciones serias y los juicios equitativos. "La Charia es un sistema misericordioso no basado en la venganza que sirve para definir buenas normas de vida para la población", precisó el juez Zarif. Pese a ello, a los ladrones se les seguirán amputando las manos.