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La huella ecológica
Antonio Baños.
ADN Barcelona, 11-4-2006
Los recursos de tres planetas Tierra serían necesarios para mantener el actual nivel de vida. El ritmo de consumo ha crecido un 70% en 40 años, según un estudio ecológico
¿Es el mundo suficientemente grande para todos nosotros? Y lo que es más grave, ¿puede ofrecernos los recursos que nuestro modo de vida consumista requiere?

Para saber hasta qué punto estamos explotando el Planeta un par de ecologistas canadienses llamados William Rees y Mathis Wackernagel acuñaron en 1996 el concepto de "huella ecológica".

El término define el área de territorio productivo necesario para ofrecer los recursos utilizados y asimilar los residuos producidos por una población definida con un modo de vida determinado".

El cálculo de la huella es el siguiente. Se divide el número de hectáreas productivas de una zona por la producción que ofrece y se le resta el consumo de sus habitantes. Así se sabe si los habitantes de un territorio tienen bastante con sus recursos.

Como es imaginable, cada occidental necesita para vivir muchas más hectáreas que el resto de seres humanos.

La media es de 1,8 hectáreas por habitante del Planeta, aunque para un súbdito de los Emiratos Árabes son necesarias 9,9. Un estadounidense vive con 9,6 mientras que un europeo necesita 6.

En el otro lado del mundo están Bangladesh, con 0, 6, y Afganistán, cuyos habitantes deben vivir con lo que producen 0, 3 hectáreas.

Pero si sumamos todo lo que consumimos resulta que a día de hoy necesitamos un planeta un 20% más grande.

La explotación de recursos es absolutamente desigual. Con sólo el 7% de la población mundial, la Unión Europea gasta el 17% de los recursos planetarios disponibles. Su huella ecológica es 2.2 veces más grande que la capacidad la capacidad biológica de su territorio. Además, este consumo ha crecido hasta un 70% desde 1961.

Los cálculos no dejan ninguna duda: vivimos a un ritmo que necesita de tres planetas para perpetuarse. O impulsamos la carrera espacial o cambiamos nuestro modo de consumo. No hay otra alternativa.